Trapiche Vuelta con vuelta surge la vida. Hierve, se evapora, asciende, y condensa en una misma realidad el trabajo y la gloria dulce de una corona invisible. Ese aire huele a flores. Ese aire se cubre las ráfagas con huertos. Las lluvias, los frutos, los relámpagos: distintas caras del mismo recuerdo. Alquímico proceso que obtiene de la savia líquida y espesa la granulada imitación del cosmos. -Roba la forma sin forma de la Via Láctea-. Diluida en el espeso líquido ancestral torna la amargura en risas, sudor y madrugada. ¿Cuál es la cifra del hombre? ¿Cuántas veces ha de girar sobre su eje el cielo y el cosmos antes de ser cribado y destrozado por la Tierra Madre? Y de los huesos -arándanos vivos- renacerán los huertos que invitan a las nubes, al graznido y al azahar, al berrido y las tejas de tierra parda, al gemido de la mujer parturienta que sabe de la bendición del vientre fecundo, los barbechos verdeando y el horno de arcilla rebosado de maíz y requesón. Entre las man
La letra mata. El Espíritu vivifica. Escribir, transfigura.
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